Se han gastado fortunas ocultando el hormigón con todo tipo de revestimientos, por ejemplo y hoy día lo que más queremos es tenerlo a la vista. Costumbres, porque al fin nos parece genial y no podemos entender porque ocultábamos algo que tenía tantas posibilidades desde el punto de vista decorativo.
El hormigón en los suelos, si está bien trabajado, queda espectacular. Se puede dejar en su color natural o se lo puede pigmentar, pero para que esto quede bien tiene que ser un experto no cualquiera trabaja este tipo de decoracion como se debe. Combinado con listones de madera, o incluso con alguna fila de piedras se consigue ese toque moderno y divertido.
En encimeras de baños y cocinas se usa cada vez más. Es un tanto frío y hay que combinarlo muy bien con el mobiliario.
En los techos, dejarlo a la vista da ese toque rústico interesante que aporta desde el punto de vista decorativo.
Lo que me resulta algo agobiante es en las paredes, salvo que sea uno o dos muros de impacto. Cuando todas las paredes son de hormigón hay que hacer un aporte de calidez de otra forma, por ejemplo, con madera. Lo bueno es que admite muchas combinaciones de colores, sobretodo con colores fuertes, lo que da un resultado muy amigable a la vista.
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